Reportaje y entrevista a los arquitectos creadores del centro cultural y biblioteca de Sant Sadurní d'Anoia
Reportaje de este edificio donde ROI realizo los cerramientos exteriores.
10/10/2019
El proyecto, llevado a cabo por el joven estudio taller 9s Arquitectes, planteaba la rehabilitación de las antiguas Escuelas Modernistas de Sant Sadurní d’Anoia donde se ubica un nuevo centro cultural, con biblioteca y archivo. Este edificio, obra del arquitecto Miquel Madurell, se construyó a principios del siglo XX, en época de la Mancomunidad de Cataluña, el cual antes de llevar a cabo la reforma se encontraba cerrado y en desuso, a pesar de formar parte del catálogo de bienes históricos y arquitectónicos locales.
El edificio está ubicado en el centro de la población, dentro de una parcela rectangular limitada por cuatro calles. En este espacio, el volumen se sitúa en la parte Oeste del solar, con un diseño en U, lo que era una tipología escolar muy frecuente a inicios del siglo XX, alrededor de un patio que se alargaba hacia levante.
El programa que debía llevarse a cabo, centro cultural con biblioteca y archivo, de unos 2.350 m2, sobrepasaba la superficie construida del edificio histórico (780 m2), por tanto, el reto principal del proyecto fue plantear una ampliación de nueva planta que completase el volumen histórico de la manera más respetuosa y coherente posible.
De esta manera, la intervención permitió rehabilitar un patrimonio destacado de la villa que se encontraba en un alto estado de degradación, y al mismo tiempo recuperar una parte de la memoria local. Además, la colocación del nuevo uso cultural en el edificio ha permitido que esta pieza, con una posición urbana privilegiada, se convirtiese en un nuevo polo de regeneración urbana en un entorno hasta entonces poco dinámico.
Así pues, la primera decisión que se tomó fue reconocer el papel del edificio histórico como tal, aprovechando el acceso desde la plaza como entrada principal del nuevo equipamiento. Posteriormente, la segunda apuesta fue definir un gran basamento de piedra, de tal modo que se aprovecha el desnivel de una planta existente entre un extremo y el otro de la parcela. Este basamento permite coser los elementos nuevos con el edificio existente, lo que hace ganar una importante superficie construida a modo
de planta semisótano, sin alterar el entorno urbano desde un punto de vista volumétrico y visual, ya que sustituye la antigua valla opaca del recinto.
De igual modo, el desnivel existente en el solar ha permitido generar una entrada independiente al archivo desde la planta inferior. Además, la biblioteca ocupa dos plantas superiores e integra una serie de espacios, una sala polivalente, el patio central, salas de soporte-estudio, etc., que, por medio de un sistema de puertas, pueden ser utilizados de forma autónoma fuera de los horarios propios de la biblioteca.
El programa se completa con un volumen rectangular situado exento sobre el basamento, detrás del edificio histórico, sin tocarlo, dejando entre ambos unos patios que permiten la entrada de luz en la planta inferior. Igualmente, se coloca un segundo cuerpo anexo a la fachada posterior del edificio con el fin de resolver la comunicación vertical entre los tres niveles y, al mismo tiempo, dar valor a una fachada muy modificada y sin interés.
Mientras el edificio histórico se restaura de manera integral y respetuosa con sus valores originales, los cuerpos nuevos se formalizan con un lenguaje contemporáneo a partir del diálogo con el existente a nivel de tonos, ritmos y sistematización compositiva. El volumen nuevo se concibe como un porche que cobija una parte del antiguo patio, en el que se coloca el programa principal de la biblioteca, con fachadas laterales más opacas y fachadas principales más diáfanas, para potenciar la relación entre espacios y con el patio.
La colocación de los dos cuerpos ha permitido mantener el patio central como un espacio articulador del conjunto, una zona acotada que permitirá acoger actividades controladas al aire libre. Además, la necesaria conexión entre lo nuevo y lo preexistente se ha resuelto con elementos acristalados.
En cuanto a la rehabilitación llevada a cabo en el edificio preexistente, los arquitectos apuestan por los sistemas constructivos tradicionales, tales como cubierta catalana ventilada, fachada transpirable de estuco de cal, forjados de bóveda catalana..., de tal manera que se alarga el ciclo de vida de las soluciones y materiales existentes, aprovechando sus prestaciones y completándolas para dar respuesta a los nuevos requisitos de seguridad, habitabilidad, eficiencia energética, etc.
Mientras tanto en el interior de las alas históricas, de la misma manera que en el exterior, los elementos constructivos nuevos (falsos techos, trasdosados, tabiques divisorios...), se colocan como elementos superpuestos a la piel histórica. Asimismo, en los espacios interiores se refuerza la idea de continuidad espacial, evitando que los tabiques toquen el techo, por ejemplo, favoreciendo una lectura unitaria de las antiguas naves escolares y de su configuración espacial original.
Por otro lado, todos los espacios se colocan y conciben para que cuenten con un asoleo óptimo y controlado, tanto las salas de lectura como los espacios más secundarios y de trabajo. Se potencia la ventilación cruzada a partir de los patios, situando los ventanales en orientaciones opuestas. Además, las superficies acristaladas se optimizan para los diferentes espacios, y para adaptarse a las diferentes
necesidades lumínicas, favoreciendo las ganancias térmicas en invierno y el control solar en verano por medio de protecciones a base de lamas metálicas y plafones de chapa microperforada.
Por último, los cuerpos nuevos se conciben con sistemas preindustrializados con el mismo objetivo de minimizar el impacto energético y ambiental de la actuación. Las cubiertas vegetales, el pavimento de caucho reciclable y los paneles metálicos se diseñan con este
obligado objetivo.
En resumen, con esta actuación que lleva a cabo el estudio taller 9s arquitectes, se consigue un edificio a caballo entre lo antiguo y lo moderno. Un volumen que ha sabido conjugar los distintos materiales para adaptarse a las necesidades futuras.
“Tanto en el tratamiento del conjunto, con los volúmenes de nueva planta, como en las intervenciones en el interior, el proyecto se esfuerza en poner en valor lo existente y
explicar lo añadido...”
Se trata de un edificio obra de Miquel Madurell, de inicios del siglo XX, y que forma parte de catálogo de bienes históricos y arquitectónicos locales. ¿Cómo se aborda su rehabilitación para adaptarse a los nuevos tiempos sin afectar al diseño original?
El principal reto de la intervención fue como ampliar el edificio existente, para dar respuesta a un nuevo programa público que exigía más superficie, sin dañar su imagen histórica. La intervención de ampliación se plantea para que el proyecto tenga una lectura unitaria e integral, donde el nuevo reconozca las preexistencias y las asuma desde un diálogo enriquecedor, y el cuerpo histórico se convierta en la pieza principal, reforzando sus valores: a través del reconocimiento de la simetría y la axialidad, de las puertas históricas como puertas principales, del papel del patio como elemento configurador, etc.
Tanto en el tratamiento del conjunto, con los volúmenes de nueva planta, como en las intervenciones en el interior, el proyecto se esfuerza en poner en valor lo existente y explicar lo añadido. En el exterior los nuevos cuerpos se separan del edificio original para respetar su configuración original, sin sobrepasarlo en altura, y dialogando con éste a nivel de colores, texturasy ritmos. En el interior, se empatizan los valores de diafanidad, el ritmo de las ventanas, la estructura original, etc. explicando los elementos añadidos (falsos techos, trasdosados interiores…) necesarios para dar respuesta a las exigencias normativas, como soluciones superpuestas a la
estructura histórica, sin dañarla ni esconderla completamente.
¿De qué manera se plantearon los estudios previos al inicio de obras?A grandes rasgos, ¿qué principales soluciones se han llevado a cabo?
Nuestro proyecto empezó en el año 2011 después de muchas dudas a nivel local sobre donde implantar la nueva biblioteca, que hasta entonces se había planteado de construir en un edificio de nueva planta en una zona de nueva urbanización. La nueva apuesta de recuperar un edificio histórico en un barrio central de municipio, con un nuevo uso público, nos permitía ser coherentes con nuestra filosofía de despacho, apostando por la mejora y recalificación del patrimonio de la arquitectura existente, y más aún un patrimonio importante no sólo por su valor arquitectónico sino por el importante papel de memoria histórica que atesoraba, al haber sido escuela de la mitad de la población de la villa. Recuperar era también ser coherentes con los nuevos desafíos de sostenibilidad y abrir las puertas a la regeneración de una parte de la ciudad que lo exigía. El proyecto arranca con estas ideas como palanca de acción.
Ubicado en el centro histórico, ¿cómo influye este entorno en la definición del proyecto?, ¿qué aspectos más destacables se han tenido en cuenta?
Como hemos explicado en la anterior respuesta el proyecto ha servido para dinamizar una zona que hasta entonces estaba en fase de cierta decadencia, un entorno urbano complejo y con poca actividad. La fachada de las antiguas escuelas, hasta entonces cerrada y en vías de degradación, se ha convertido hoy en día en un escenario de actividad y el edificio se ha convertido en una prolongación de la plaza, al situarse allí las puertas principales de la biblioteca. En el resto de las fachadas, los grandes ventanales del nuevo volumen prolongan el espacio interior a la calle y permiten que desde la calle se disfrute la actividad del centro.
El desnivel de la parcela en la que se ubica el edificio ¿provoca condicionantes o ventajas a la hora de definirlo? ¿Cómo ha afectado a sus accesos?
El desnivel existente en la parcela permite plantear un doble acceso al edificio para los diferentes usos, permitiendo su uso autónomo. Por un lado, a nivel de planta baja, de la plaza, aprovechando las puertas originales, el acceso a la biblioteca y el centro cultural. Y, por otro lado, por la planta inferior, a nivel de la calle posterior, al futuro archivo municipal.
El programa propuesto (2350m2) sobrepasaba la superficie construida del edificio histórico (780m2). ¿Cómo se introduce el nuevo espacio, totalmente contemporáneo, junto a un edificio histórico, sin romper la sintonía existente? ¿Cómo se relaciona el nuevo volumen con el edificio? Y, ¿con el entorno?
La primera decisión fue prolongar el nivel de la plaza para genera una planta semisótano a nivel de la calle inferior, situada unos tres metros por debajo, a modo de alargamiento del zócalo del edificio modernista. Esta operación permitía ganar casi 800 m2 sin un impacto visual importante, ya que el nuevo zócalo que se generaba sustituya en la valla del patio de la antigua escuela, que ya existía en el solar antes de la intervención. Este nuevo zócalo sustenta los cuerpos de nueva planta, que se sitúan separados del edificio modernista, sin tocarlo, apareciendo como piezas autónomas que no distorsionan ni afectan el volumen original. A pesar de su separación física los nuevos volúmenes buscan un diálogo con el edificio antiguo a nivel de colores y ritmos compositivos.
Y, en relación a esto, ¿cómo se organiza el esquema funcional de circulaciones internas y externas entre los volúmenes nuevos y antiguo?
A nivel de planta baja se genera una galería acristalada que sirve para unir el cuerpo existente y el nuevo volumen de la sala de lectura. La galería sirve para reforzar el patio como elemento organizador, papel que ya tenía en la tipología escolar histórica. En un lateral del patio, tras la fachada principal, se sitúa el segundo volumen de nueva planta, un nuevo núcleo de comunicaciones (formado por escalera y ascensor), un elemento que sirve para religar los tres niveles del edificio, y que permite generar una fachada representativa hacia el patio.
Desde el acceso principal, un juego de puertas en planta baja permite cerrar las salas de lectura y poder hacer uso tanto de la sala polivalente como de los espacios de soporte (o salas de estudio) fuera del horario de biblioteca. También el patio puede usarse de forma independiente para realizar actos y encuentros culturales.
Con respecto a los materiales, ¿cómo se armonizan exteriormente el antiguo edificio con el nuevo volumen? E, interiormente, ¿qué principales materiales se han utilizado en la rehabilitación y en la ampliación de este proyecto?
En cuanto al edificio modernista, éste se restaura con técnicas tradicionales. Se realiza un nuevo estuco de cal, se restauran las piezas y molduras originales, se colocan nuevas carpinterías de madera, se rehacen las cubiertas con acabados cerámicos usando piezas tradicionales, etc.
Las fachadas nuevas se diseñan con elementos metálicos y puntualmente, elementos de madera. Se busca combinar nuevo y antiguo a nivel de colores, pero también se busca el diálogo a nivel de texturas y ritmos compositivos. Así, por ejemplo, las pilastras históricas que enmarcan el ritmo de ventanas en el edificio preexistente se convierten en la parte nueva en estrechos perfiles metálicos que organizan los grandes ventanales. Las carpinterías de aluminio adoptan el color del acero corten, que a su vez combina con el lasur nogal de la madera de las ventanas del edificio modernista. El zócalo de piedra natural no dista del ocre del estuco. Reforzar la diversidad, pero desde la aproximación dialéctica.
En el interior el cuerpo original también se trata con estuco y los elementos nuevos adoptan un color blanco neutro para sobreponerse a la piel histórica.
¿Cómo ha contribuido la rehabilitación realizada al ahorro energético?, ¿qué elementos convierten a la Biblioteca y Archivo Municipal en un ejemplo sostenible?
El edificio apuesta por la sostenibilidad tanto en la restauración del existente como en la nueva arquitectura. La apuesta principal es la inversión en el edificio existente, reforzando sus prestaciones previas para optimizarlas a los nuevos requisitos y alargando el ciclo de vida de los materiales preexistentes (refuerzo de la estructura, mejora de los cerramientos, etc.). En segundo lugar, trabajando en la medida de lo posible, en las soluciones pasivas de ventilación natural y aislamiento. Se mejora el funcionamiento de la cubierta ventilada tradicional catalana, las prestaciones de los huecos con nuevas unidades de madera con baja infiltración y vidrios tecnológicos, se realiza una nueva solera aislada, etc. En los cuerpos nuevos se combinan las cubiertas vegetales con tramos flotantes ventilados y cada hueco se estudia para dar la mejor respuesta a su orientación a través del uso de elementos de protección solar y vidrios optimizados.